Iglesia de Santiago el Mayor (Sede Canónica)

Fachada

Situada en la plaza de Jesús de la Redención se encuentra la sede canónica de la Hermandad de la Redención – Rocío, conocida esta iglesia igualmente con el sobrenombre de Santiago «el viejo».

Esta iglesia, que en el pasado fue parroquia en tiempos de Fernando III, pero debido al despoblamiento de la zona pasó a ser filial de la parroquia de San Ildefonso, tiene un origen un tanto controversial ya que no está clara la fecha exacta de su construcción. Se cuentan diversas leyendas sobre su fábrica, entre las cuales, de que en el lugar ocupado por la Iglesia estuvo la casa del apóstol Santiago cuando vino a predicar el Evangelio, o que está situada sobre un templo romano dedicado al culto de la diosa Venus, que era una iglesia visigótica transformada luego en mezquita, y que llego a ser sinagoga e incluso que fue el palacio del rey moro de Granada ; El caso es que ha tenido tantísimas reformas a través de su historia que es difícil de determinar con claridad una fecha aproximada por los rasgos estilísticos que persisten.

Se sabe que hubo reformas en la iglesia en 1556 y que en los siglos XVII y XVIII tuvieron lugar la mayoría de las reformas que podemos observar hoy en día. Del siglo XIV se conservan restos en la zona de la sacristía y antisacristía, siendo estos restos las cúpulas de ladrillos con traza y ornamentos mudéjares.

El templo actual fue reedificado en el siglo XVI, siendo renovado en 1789, como reza en los azulejos que se conservan en la sencilla espadaña de dos cuerpos, en cuya renovación se ocultaron restos de épocas precedentes. Destacable es así mismo mencionar que en 1843 hubo otra reforma en el templo ya que cayeron sobre éste tres bombas, probablemente durante el bombardeo que sufrió Sevilla en julio de ese año por las tropas de Von-Halen. Y por último las últimas reformas tuvieron lugar entre 1977 y 1980, en el que se restauraron el artesonado mudéjar y la solería.

azulejos

La fachada principal del templo da a la antigua plaza de López Pintado, actual plaza de Jesús de la Redención, en ella se puede ver una puerta sencilla, con vano adintelado, enmarcado por dos pilastras que soportan un sencillo friso, a la derecha de esta existe un retablo de Ánimas del Purgatorio en relieve en barro cocido. La espadaña, fechada a finales del XVIII, es de tres cuerpos, situada en la zona de los pies, dispone de tres vanos en el primer cuerpo, uno en el segundo y frontón rematado con cruz de hierro en el tercero. Además son destacables los dos retablos cerámicos de los titulares de la hermandad, Ntro. Padre Jesús de la Redención y María Stma. del Rocío, estos retablos datan de 1984 y fueron realizados por Antonio Martínez Adorna, de Cerámica Santa Ana, costando los dos 135.000 ptas. El patronazgo del de la virgen corrió a cargo del Real e Ilustre Colegio de Médicos de Sevilla, mientras que el del cristo lo pagó la hermandad. Ambos retablos miden 0,90 m x 1,20 m.

Azulejo 50 matrizYa en la fachada que da hacia la calle Santiago, podemos encontrar dos retablos cerámicos, el primero de ellos cuyo motivo iconográfico es la aparición de la Virgen del Pilar al apóstol Santiago y sus compañeros, que hace referencia al contingente aragonés presente en el ejercito fernandino que conquistó Sevilla, que trajo tal devoción, dicho retablo fue pintado por Antonio Kiernam Flores y fabricado por Cerámica Santa Ana, midiendo la obra 1,50 m. X 1,15 m. Y el segundo retablo cerámico, que fue instalado recientemente en el año 2013, que representa la efeméride del 50 Aniversario del nombramiento como Hermana Honoraria de la Hermandad Matriz de Almonte.

El templo se divide en tres naves (nave central, nave del evangelio y nave de la epistola), las cubiertas con estructura de madera y separadas por columnas toscanas, proceden de una reconstrucción efectuada a comienzos del XVII. Del interior destaca el retablo mayor situado en el presbiterio, y las dos capillas que se abren al final de cada una de las naves laterales.

Retablo MayorEl retablo mayor compuesto por un banco, un cuerpo flanqueado por pares de columnas y un ático, fue realizado por el escultor Andrés de Ocampo para la capilla funeraria de Don Gonzalo Argote de Molina. La obra se paralizó por falta de liquidez del promotor y por su propia muerte, siendo luego reiniciada por la hermana del difunto, Doña Francisca de Mexia, la cual le encarga a Ocampo que no usara la traza primitiva, sino que siguiera la nueva que había proyectado junto a Bermundo Resta, datandose en 1599. A los lados del presbiterio se encuentran unos púlpitos de forja de época barroca y a en el interior del presbiterio, hay unas pinturas murales realizadas por Pedro Guillén en 1770, a un lado representa la Predicación de Santiago, mientras que el otro se puede apreciar el martirio del santo; ambos frescos enmarcados por ángeles y guirnaldas. Este retablo, que sigue la tipología del retablo de «Gran Cuadro de Altar» ha tenido a través de su historia varias modificaciones, comenzando por la ya mencionada en el cambio de diseño de su traza. De diseño sencillo, presenta tres cuerpos verticales: el banco, un cuerpo y el ático. En el banco del retablo están labrados cuatro escudos de armas, así como unos relieves de San Francisco y San Hermenegildo, imágenes que no estaban en el diseño, pero que la promotora pidió que se agregaran en el 1600.

Boveda del Retablo MayorEn el banco del retablo también estaba un sagrario ochavado de dos cuerpos, en el que tenia San Felipe y Santiago en el primer cuerpo, y San Pedro y San Pablo en el segundo, segundo cuerpo que se suprimió en 1789. Ese año también se amplió en cuadro de Pérez de Alesio en su parte inferior, y aumento la decoración del retablo que alternó su estado original. El cuerpo de retablo presenta cuatro columnas corintias que albergan hoy en día la imagen de la Virgen, pero que originalmente flanqueaban la pintura de Santiago el Mayor (ahora desplazada a los pies de la nave derecha por motivos de su restauración) de Mateo Pérez de Alesio, obra del siglo XVI. En el sencillo ático hay unas representaciones del Espíritu Santo coronado por el busto del Padre Eterno. También posterior a la planimetría original son los dos tondos afrontados que flanquean el ático y que representa la Anunciación, y que fueron igualmente agregados en el 1600. Para finalizar con el estudio del retablo, mencionar que está ejecutado en maderas de Borne y Pino de Segura, y que la policromía del mismo corrió a cargo de Diego de Campos.

plano-retablo mayorInmaculadaYa en la nave del Evangelio se encuentra la Capilla del Capitán García de Barrionuevo; accedemos a la capilla por una reja que fue forjada por Hernando de Pineda Hurtado en 1605, la cual está enmarcada por un arco triunfal de yeserías que datan de la misma época. Destacan en esta capilla la azulejería de principios del XVII que cubren los muros interiores, en el cual encontramos motivos decorativos de grutescos, escudos heráldicos, Santiago Matamoros, clavos y el anagrama de Cristo JHS. Sabemos que el retablo de la Inmaculada que alberga esta capilla funeraria estaba asentado en el con anterioridad a 1605, ya que en el testamento de su promotor «mandaba enterrarse en la capilla que había dotado en la parroquia de Santiago». Este retablo mariano y hagiográfico, presenta un programa mixto, ya que aparte de la arquitectura del retablo presenta obras pictóricas y escultóricas.

El retablo de la Inmaculada fue proyectado por Bermundo Resta, estando la escultura a cargo de Diego López Bueno, siendo la pintura y policromía de Francisco Pacheco. El contrato de la obra se firmó el 31 de Julio de 1602. Dicho retablo tiene tres calles divididas en un banco, dos cuerpos y ático. En la predela o banco aparecen unos retratos de los donantes del retablo así como una inscripción en la calle central. En el primer cuerpo del retablo están situadas las esculturas de Diego López Bueno, estando situada en la calle central una imagen de la Inmaculada enmarcada por unas hornacinas con San Sebastián y San Roque (hoy en día fuera de su lugar y situadas encima de la mesa del altar de esta retablo). Es interesante esta dualidad de representar en numerosas ocasiones en la historia del arte estos dos santos y ello se debe a que ambos son patrones en contra las «pestes». Sin duda la elección de estos santos están muy ligados a la historia misma de Sevilla, que durante los años finales del XVI se vio asolada por numerosas epidemias. El segundo cuerpo del retablo presenta las representaciones pictóricas de Francisco Pacheco, en donde se contempla una imagen de la Virgen con Santa Ana y el Niño, que están acompañadas por las tablas laterales dedicadas a San José y San Juan Bautista. Tablas que han sido recientemente restauradas. El ático del retablo lo compone una pintura de la anunciación, así como unos tondos con escudos en ellos. Para terminara diremos que todo el conjunto costó 300 Ducados y fue realizado en madera de borne y pino de segura; mientras que las esculturas son de Cedro de la Habana.

Continuando en la Nave del Evangelio, nos encontramos con un retablo del XVIII dedicado a San José, en cuyo ático del retablo nos encontramos nuevamente otra representación de Santiago Matamoros y junto a él hay una imagen también del XVIII de San Antonio; y al otro lado un cuadro de la segunda mitad del XVII con una alegoría eucarística. Siguiendo por la misma nave nos encontramos en un retablo del XVIII con la típica decoración de estípites de estilo neobarroco, policromado en dorado y verde, que alberga la imagen de la Virgen de la Esperanza de Roque Balduque, del siglo XVI. Se trata de una talla completa, incluidas sus ropas que, en alguna ocasión, fueron mutiladas para ser vestida con prendas textiles, siguiendo tendencias de épocas anteriores. Con anterioridad a la fusión de 1.983 se recuerda esta talla con una gran ráfaga, que sin embargo, ya había desaparecido cuando se produjo dicha unión.; imagen que está acompañada en el retablo por esculturas de San Miguel y San Nicolás, representándose en el ático una pintura de la Santa Faz.

A los pies del templo, en la Nave del Evangelio, se encuentra la Capilla Bautismal, su entrada en forma de arco de medio punto está cerrada con una sencilla reja de forja del s. XVIII y coronada por un tímpano partido que acoge un medallón con el retrato del Evangelista san Lucas, sostenido por dos angelotes, actualmente esta capilla está dedicada a San Lucas Evangelista, cotitular de la corporación.

Capilla Bautismal
Capilla Bautismal

De gran interés es la Capilla Sacramental, que está cerrada por una reja forjada por el maestro herrero Francisco de Guzmán cerca de 1744, que costó 4500 reales de vellón y por la que el herrero estuvo en pleito con la hermandad sacramental, ya que solo le habían pagado 1629 reales; la hermandad finalmente le pagó 1300 reales renunciando el artista a los 1571 que le debían. La reja presenta una gran riqueza ornamental en el arco de medio punto, en cuya parte superior se encuentra un cáliz con la sagrada forma dispuesta a modo de sol. Ésta se encuentra enmarcada por una portada de yesería que corresponde a la primera mitad del siglo XVII y ya en el interior de la capilla se encuentran unas pinturas datadas de 1770 y que representan temas eucarísticos. El retablo que alberga esta capilla está formado por un gran dosel en forma de baldaquino, con elementos propios del siglo XVIII y es donde se encuentra normalmente la imagen de Ntro. Padre Jesús de la Redención, desde que la hermandad se fusionó con la sacramental (aunque cuando a veces es trasladado al altar mayor es la Virgen del Rocío la que ocupa su lugar).

Ya sobre el muro de la Epístola tenemos el altar de la Virgen del Carmen (siglo XVIII), con imagen de candelero del siglo XIX. Propiedad en un principio de una hermandad con dicha advocación, ha llegado a esta iglesia a través de una serie de fusiones (en 1.912 con la Sacramental y en 1.983 con la penitencial), encima de dicho altar encontramos una pintura sobre tabla representa a las Ánimas del Purgatorio.

Entre la puerta de la sacristía y la de la Epístola veremos un pequeño crucificado, de poco más de medio metro, realizado por Andrés de Ocampo.

Justo a la derecha de la puerta de entrada al templo, nos encontramos ante una gran pintura al fresco, con un sencillo marco de yeso, que representa el traslado del cuerpo del apóstol Santiago a Galicia, en el momento del paso del puente sobre el río Tambre.

Y ya al final de la nave de la Epístola, se encuentra el altar de la Virgen de los Dolores, se trata de una imagen anónima fechada sobre 1.735 que se muestra en un retablo al menos medio siglo posterior, cuya propiedad es del Arzobispado y se encuentra en la iglesia de Santiago en calidad de depósito.

Completa la decoración del templo un apostolado parcial de finales del XVII con retratos de los apóstoles, seis están en la nave del Evangelio: San Juan, San Felipe, San Judas Tadeo, San Andrés, San Bartolomé y Santiago el Mayor y seis en la nave de la Epístola: Santiago el Menor, San Pedro, San Pablo, Sto Tomás, San Mateo y el apóstol Simón.